Sylvia Klaip

¿Quién es Sylvia Klaip?

Como bien sabes ya, mi nombre artístico es Sylvia Klaip. Nací en Barcelona ciudad y desde bien pequeñita me encantaba cantar, brincar y ser el centro de atención de todo el mundo.

Cuando venían amigos o familiares a casa, yo me ponía delante del televisor (cuando todos estaban mirando el televisor) para hacer mis payasadas y canturreaba para entretenerles un rato. ¡Me lo pasaba en grande!

Con 7 u 8 años fue la boda de unos familiares muy cercanos. Semanas antes, los novios me pidieron que cantara una canción de los Beatles. Me la preparé con mucho ahínco, así que, ya os podéis imaginar cómo quedó el día de boda ¡Fue todo un éxito!

A partir de ahí, en todas las celebraciones familiares y de amigos, siempre me he animado a cantar y a deleitarles con canciones que me gustaban o que les gustaban a ellos. La música siempre ha estado ahí acompañándome.

Con 14 años me compré mi primera guitarra, esto te lo explico en otro post, porque fue toda una peripecia muy divertida ¡digna de explicar! La puedes ver en este post.

Aprender a tocar la guitarra me llevó un mes, a partir de ahí ya tocaba cualquier canción que me propusiera.

Me gustaba muchísimo, no dejaba mi guitarra para nada, la llevaba a cuestas a todas partes.

¡Incluso intentaba componer mis primeras canciones!

El accidente que me impidió tocar la guitarra

Pasados 6 meses de haber comprado mi guitarra, preparé una fiesta con mis amigas del instituto.

¡Nos lo habíamos montado genial! Fue en un piso en el que vivimos, mi familia y yo, durante unos años y que acabábamos de dejar. Del que yo, todavía, disponía de las llaves.

Entre todas llevamos todo lo que íbamos a cenar, música y muchas ganas de pasar una gran noche.

Llegamos al piso, lo acomodamos todo, cenamos, nos pusimos la música y… ¡a bailar!

A mi se me ocurrió ir a la cocina a por agua, no había nada con qué llevar el agua al comedor, solo un bote grande de conservas de vidrio. Lo agarré y fui al comedor.

Había agua en el suelo y yo iba descalza, resbalé tan rápido que no fui consciente de que había caído hasta que me encontré en el suelo.

Mis amigas me miraban con cara de pánico y les pregunté «qué pasa chicas» ellas gritaron «¡la mano!», me miré la mano izquierda y volvieron a gritar «¡no la otra!». Al mirar mi mano derecha me dio un vuelco el corazón, ¡la tenía destrozada! Cuando caí, inconscientemente, me había apoyado sobre mi mano derecha y, en ella, llevaba el bote de cristal que se rompió en mil pedazos rasgándome toda la mano.

En ese momento las puse a todas en marcha, unas debían ir a buscar ayuda, otras ir a buscar a mi madre y otras atenderme a mí y hacerme un torniquete.

Por fin llegué al hospital y me metieron en el quirófano para operarme.

Di con grandes profesionales que reconstruyeron mi mano entera, yendo a buscar los tendones a la muñeca, gracias al torniquete que me habían hecho mis amigas. Los doctores me felicitaron por la idea, sino me hubiese quedado con la mano totalmente impedida, porque los tendones hubiesen ido hasta el antebrazo.

Cuando salí del hospital los doctores que me operaron me dijeron que diera gracias de conservar la mano, en otra época me hubiese quedado sin mano. La mala noticia era que ya no podría tocar más la guitarra porque la mano derecha no había quedado bien para seguir tocando. ¡Aquello fue la hecatombe!

Cuando me quitaron el yeso e hice la rehabilitación, a duras penas podía escribir y menos tomar apuntes en clase. Me pasé muchos años con mucho dolor en la mano. Tocaba decidir qué estudiar en la universidad y como que lo único que a mi me gustaba era la música, no tenía ni idea de qué hacer con mi vida.

Este fue el camino que tomé

Mi madre me recomendó hacer la carrera de informática, para la que no necesitaría la mano para escribir y sería una profesión con la que ganaría mucho dinero. ¿Qué crees que hice?

Hice caso a mi madre.

Cursé la carrera de ingeniería de informática de gestión (sí tomar apuntes no fue problema) y me dediqué a la programación. Desde el primer día, sabía que aquello no era lo mío pero ¿qué podía hacer si mis sueños se fueron en aquel momento en el que quise llevar agua al comedor?

Durante años, me dediqué en cuerpo y alma a mi trabajo, sacando todos los proyectos que me asignaban adelante. El sueldo que ganaba a final de mes me permitía tener una vida estable y cubrir mis necesidades.

Pero, cada vez la losa se hacía más y más grande. Hasta que, ir a trabajar, se volvió una condena. No por la gente que había allí, que en todos lados se cuecen habas, sino por el tipo de trabajo que estaba haciendo.

Además, mis amigas habían estudiado lo que verdaderamente les gustaba y, cuando empezaron a trabajar, ganaban lo mismo que yo (así que el mito de que iba a ganar mucho dinero se esfumó por completo).

Hasta que mi propio yo me pidió que siguiera mi camino

Llegada a una edad en la que parece que tu cabeza se asienta, miré hacia atrás y me di cuenta de que nada de lo que había hecho, a nivel laboral, valía la pena. Y lo peor de todo, todavía no tenía ni idea de qué era lo que quería hacer con mi vida ¡Una sensación totalmente frustante!

Hice una gran introspección durante 3 meses y fui consciente que lo que yo amaba era la música.

Mi mano estaba más recuperada comparada a cuando tuve el accidente. Con el paso de los años, ya la podía mover casi igual que antes. Ya no me dolía al escribir y seguía adorando cantar.

Así que, me apunté a clases de canto, a clases de solfeo (me sorprendió cuanto recordaba el solfeo que había estudiado en el colegio y el instituto), me apunté a cantar en un Combo, a técnicas de voz para corales y, una cosa llevó a la otra, pasaban los meses y todo iba a más y más.

Un día, le pregunté al profesor de técnicas de voz para corales qué podía hacer para mejorar en el canto. Me dijo «toca el piano». ¡Con la iglesia habíamos topado! ¿Podría tocar el piano?

Me apunté a clases de piano y me compré un órgano de segunda mano, no fuera que tampoco pudiera tocar el piano.

Empecé las clases de piano sin tener ni idea de cual era la nota de cada tecla. A la segunda clase, ya estaba tocando acordes invertidos y cantando canciones acompañándome yo misma al piano. ¡Una inmensa alegría me invadía cada vez que tocaba y cantaba a la vez!

Quise abrir un canal de Youtube para hacer covers y, cuando casi lo tenía preparado para empezar, me dí cuenta de que me podían cerrar el canal por plagio o que debería pagar los derechos de autor de las canciones que cantara.

Se lo comenté a una compañera de trabajo, que me apoyaba mucho con esto de la música (de hecho sigue apoyándome a día de hoy) y me dijo «muy bien, haz tus propias canciones» Mi cara era un poema ¿cómo iba a conseguir hacer yo eso?

Y así surgío Sylvia Klaip

Pues bien…. en 4 meses tenía 7 canciones hechas, con su melodía y armonía y seguía componiendo y componiendo sin parar. Lo mejor de todo era que, todo el que las escuchaba, ¡le encantaban!

Escogí mi nombre artístico. Después de mucho meditarlo opté por el nombre Sylvia Klaip. Desde el primer momento me enamoré de él. Sylvia Klaip es un nombre que no me cansaré nunca de escuchar.

Otra buena amiga mía, me dijo «¿y porqué no abres ya un canal en Youtube para mostrar tus canciones a más gente?» Me faltó tiempo para hacerlo. Abrí mi canal «Sylvia Klaip», en 1 mes ya había puesto mi primer vídeo, ya tenía el segundo hecho y estaba preparando el tercero.

Cuando ya estaba preparando el quinto videoclip, un productor me ofreció producirme todas las canciones, y durante varios meses estuvimos trabajando duro. Él es de Madrid y yo seguía viviendo en Barcelona, así que la grabación de la voz la tenía que hacer yo.

Necesitaba salas insonorizadas y no tenía dinero para pagar estudios. Llamé al Taller de Músics de Barcelona y les expliqué mi caso, los cuales me dejaron una sala para grabar mis canciones con total insonorización.

Allí me conocieron profesores, les mostré mis canciones y les expliqué por encima mi trayectoria. Me ofrecieron estudiar con ellos y prepararme para ir a la superior de música. Así que me faltó tiempo para decir que sí que me enrolaba a esta nueva etapa que se brindaba en mi vida.

En unos meses, saqué mi primer EP (un disco de 4 canciones) como Sylvia Klaip y me preparé para entrar en el Taller de Músics, donde estoy estudiando duro y formándome para algún día, poder dedicarme en cuerpo y alma a lo que más me gusta en la vida: LA MÚSICA.

2 comentarios en “¿Quién es Sylvia Klaip?”

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